Arlito

Hay algo que arlito no puede controlar, que le viene desde dentro con toda la fuerza.

Algunas se dan vuelta pero todas todas todas sonríen.

Arlito II

Levantando su décima bolsa de cemento de 50 quilos. Mira de reojo a la calle y la ve pasar velozmente en bicicleta y le grita.

“¡tu camino es mi camino!”

Arlito III

Una señora entrada en años pero bien conservada sale a correr y cruza por en frente de una construcción, de fondo un grito de Arlito:

“¡señora!, como me gustaría faltarle el respeto.”

Arlito IV

Sudado a más no poder Arlito clava la pala en el jardín, todavía le quedan 30 metros por cavar, en ese momento avista a la distancia una señorita por la vereda y grita:

“¡pareces un rayito de sol, con esa remera amarilla!”

Arlito V

La cal le entraba en los ojos, casi llorando vio la muchacha que venia del supermercado y dijo casi recitando.

“Como me gustaría ser bolsa, para que me lleves de las orejas.”